sábado, 10 de septiembre de 2022

Añoranza

 


Son los sesenta.

En las noches

hay un acuerdo de tango.

Sus dedos junto a mi espalda

me conducen.

Dedos sabios.

Desperezamos acordes

en el piso de parquet.

Dibujo ochos deslizados

con la punta de mis pies.

Es mi padre y soy su dama

sobre tacones prestados.

Son mis quince y sus cuarenta

punteados en dos por cuatro.

Siento el abrazo apretado

huelo colonia en su cuello

rozo el pelo renegrido

bebo estrellas de recuerdos.

Tango triste

pero alegre en la añoranza.

Quién pudiera renacer

eternamente

en la danza.

 Marita von Saltzen

 

1 comentario:

  1. Me hiciste recordar a papá cuando bailaba conmigo tangos. Sus pasos y su mano abrazándome. Bellísimo cuento

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