jueves, 12 de noviembre de 2015

El uso de la coma

La coma es un signo de puntuación simpático, útil y práctico, pero no es el único y no se acomoda a todas las circunstancias.
Cuando Graciela Cabal leía, la maestra le enseñaba a hacer pausas: tenía que contar hasta uno cuando era una coma, hasta dos en el punto y coma, hasta tres en el punto seguido y hasta cuatro (y a ella le parecía una exageración) en el punto y aparte. Y éste es el motivo de la puntuación: hacer pausas para hacer más clara la lectura y para facilitar la comprensión del texto.

Las enumeraciones van entre comas, salvo la “y” del final, que reemplaza la coma:
                        En el canasto, había peras, manzanas, sandías y melones.
Cuando lo que se enumera es muy largo, se usa el punto y coma en lugar de la coma.

Los vocativos van entre comas:
                        Es así nomás, queridos lectores, así de simple.
Las aposiciones, también:
                        La golondrina, pájaro blanco y negro, anuncia la primavera.

Nunca se separan el sujeto y el predicado por una coma:
                        El hombre salió de su casa temprano.
            Y no:   El hombre, salió de su casa temprano.