Bienvenida (poema)
El pertinaz sosiego de mi perro
aguarda el final
del abandono
tras el malecón barrera de la puerta.
La noche tarda.
La luna es fría.
De pronto estalla
el pequeño milagro cotidiano.
El sencillo susurro de una llave
sacude la indolencia
pichón piedra
y un asombro de nido
me tapiza
con caricias rescatadas.
Marita von Saltzen
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