jueves, 18 de enero de 2024

Como un pajarito (Cuento)

 


Tenía diez años y era muy delgada. Sus padres y su abuela estaban sumamente preocupados. La mamá la llevó al médico:

—Come como un pajarito —le dijo.

El doctor le recetó vitaminas y un estimulante para abrir el apetito.

Ella seguía demorando mucho en cada comida y dejaba la mitad de lo que le servían.

—No tengo hambre, mamá.

—Hija, comés como un pajarito. ¿Qué vamos a hacer con vos?

Los papás se iban a trabajar a la mañana. Cuando volvían, le preguntaban a la abuela:

—¿Cómo anduvo todo?

—Muy bien. Es un amor, pero sigue comiendo como un pajarito.

Otro pediatra le cambió la medicación, otro le mandó estudios de sangre y otro más sugirió que la enviaran a un psicólogo.

Sin embargo, la niña no cambiaba: comía verdaderamente muy poquito.

Fue una noche de luna llena cuando se produjo el cambio. Asomada a la ventana, sintió que le crecían alas. En puntas de pie, las abrió despacito, con cuidado y cierta vergüenza. Entonces voló. Como un pajarito voló.

Marita von Saltzen

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