viernes, 30 de septiembre de 2022

La lectora (Microcuento)

 

Pintura de Vladimir Volegov

El día transcurría entre el sol primero y la luna niña. Ella leía para escapar de su dolor áspero y punzante. Entre las páginas de la novela, lograba un mágico vuelo celeste.


Marita von Saltzen




       Mujer lectora de Vladimir Volegov


Preguntemos y exclamemos

 


En muchas historias usamos los signos de interrogación y/o de exclamación. Sin embargo, es necesario preguntarse: ¿los estamos utilizando bien?

Como todos los signos de puntuación, ellos deben cumplir ciertas normas.

En los mensajes de texto, en el mail, en el WhatsApp, somos pocos los que abrimos los signos. La mayoría de las personas, como si escribieran en otro idioma, solamente los cierran. Eso es absolutamente incorrecto en español y tiene una razón de ser.

Tomemos como ejemplo el inglés: las preguntas se inician con palabras como Who, What, When, Where y otras. De esa manera, cuando comenzamos a formular una pregunta escrita, ya se sabe, desde la primera palabra, que lo estamos haciendo. En cambio, en español solo a veces empezamos a preguntar con pronombres interrogativos. Por lo tanto, para que el lector sepa desde el principio que estamos haciendo una pregunta, es necesario abrir el signo correspondiente. Así como se abre y se cierra el de interrogación, se ha resuelto hacer lo mismo con el de exclamación, mal llamado de admiración. En resumen: son signos dobles.

Además de la anterior, hay otras normas:

Decálogo de Jonathan Franzen

 

Nació en 1959 en Western Springs, Illinois, Estados Unidos. Escritor y ensayista, se graduó en Estudios Germánicos y en Alemania estudió Filología Germánica. La ciudad veintisiete, su primera novela, apareció en 1988 y tuvo buena crítica. Es una novela ambientada en San Luis, la ciudad donde creció. Cuatro años más tarde publicó Movimiento fuerte. Estos dos primeros trabajos no suscitaron gran interés. Recién en 2001, saltó a la fama con Las correcciones. Ha recibido varios premios y reconocimientos.


I El lector es un amigo, no un enemigo ni tampoco un espectador.

II La ficción que no sea una aventura personal de su autor al adentrarse en lo desconocido o en aquello que más miedo le da, solo merece la pena escribirse por dinero.

martes, 20 de septiembre de 2022

Compatibilidad

 

Ella es agua    
             él es aceite.
Ella es madera
            él es metal.
Ella es novela
                  él es periódico.
Ella es poema
              él es balance.
Ella es tango
     él es bolero.
Ella es pluma
    él es viento.
Ella es semilla
él es raíz.
Ella es luna
él es sol.
Ella es rúcula
    él es asado.
Ella es brisa
        él es huracán.
Ella es amor
    él es amor.
Ellos se aman.

sábado, 10 de septiembre de 2022

Leyenda urbana

 

¿A quién no le han contado alguna vez una historia fantástica, como la del chico que, después de haber ingerido un somnífero sin darse cuenta, descubrió la falta de un riñón, o la del enterrado vivo que arañó el cajón al despertar, o la de los fantasmas del castillo de Luis María Campos y Olleros, en el barrio de Belgrano? ¿Podemos asegurar que estas y otras historias, extravagantes, pero verosímiles, son simplemente mentiras?

Son las llamadas leyendas urbanas. Brotan por todos lados, se transforman continuamente. Se difunden de boca en boca, por los medios de comunicación y, ahora también, por la red. (Aunque lo de la red es otra historia, puesto que la difusión tiene como fin juntar direcciones de correo para los spam).

Añoranza

 


Son los sesenta.

En las noches

hay un acuerdo de tango.

Sus dedos junto a mi espalda

me conducen.

Dedos sabios.

Desperezamos acordes

en el piso de parquet.

Dibujo ochos deslizados

con la punta de mis pies.

Es mi padre y soy su dama

sobre tacones prestados.

Son mis quince y sus cuarenta

punteados en dos por cuatro.

Siento el abrazo apretado

huelo colonia en su cuello

rozo el pelo renegrido

bebo estrellas de recuerdos.

Tango triste

pero alegre en la añoranza.

Quién pudiera renacer

eternamente

en la danza.

 Marita von Saltzen

 

Decálogo de Elmore Leonard

 

Nació en Nueva Orleans, Luisiana, EE UU, en 1925. Sirvió en la Marina estadounidense durante la Segunda Guerra Mundial. Fue Licenciado en Literatura y Filosofía y trabajó como redactor publicitario. Escribió novelas de tipo western y, posteriormente, con el declive de este género, comenzó con obras de misterio y guiones cinematográficos. Su estilo ameno basado en el realismo sucio y el diálogo obtuvo un gran éxito. La industria cinematográfica ha producido múltiples películas basadas en sus obras, tales como Get Shorty (Cómo conquistar Hollywood), y Jackie Brown. Falleció en Michigan en 2013.


I Nunca empiece un libro hablando del tiempo para dar ambiente, aunque sí puede hacerlo si quiere mostrar la reacción de su personaje ante ese tiempo.