jueves, 7 de abril de 2022

Dodecálogo de un cuentista

 

Andrés Neuman


Nació en Buenos Aires en 1977. Hijo de músicos argentinos, se exilió a Granada durante la dictadura militar. Más tarde, se licenció en Filología Hispánica. Es narrador, poeta, traductor, bloguero y columnista. Ha publicado numerosas obras y recibido muchos premios por ellas. La consagración como novelista le llegó con El viajero del siglo. Ha desarrollado una intensa labor de divulgación del relato breve: El que espera, Alumbramiento, Hacerse el muerto. Ha publicado muchos libros de poema
Contar un cuento es saber guardar un secreto.

II Aunque hablen en pretérito, los cuentos suceden siempre ahora. No hay tiempo para más y ni falta que hace.

III El excesivo desarrollo de la acción es la anemia del cuento, o su muerte por asfixia.

IV En las primeras líneas un cuento se juega la vida; en las últimas líneas, la resurrección. En cuanto al título, paradójicamente, si es demasiado brillante se olvida pronto.

V Los personajes no se presentan: actúan.

VI La atmósfera puede ser lo más memorable del argumento. La mirada, el personaje principal.

VII El lirismo contenido produce magia. El lirismo sin freno, trucos.

VIII La voz del narrador tiene tanta importancia que no siempre conviene que se escuche.

IX Corregir: reducir.

X El talento es el ritmo. Los problemas más sutiles empiezan en la puntuación.

XI En el cuento, un minuto puede ser eterno y la eternidad caber en un minuto.

XII Narrar es seducir: jamás satisfagas del todo la curiosidad del lector.


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